viernes, 6 de junio de 2008

BESOS

Despierto por la mañana, como puedo trato de abrir los ojos y ganarle al sueño, me quedo mirando al techo y de vez en cuando hecho un vistazo por la ventana para enterarme como estará el clima el día de hoy. Todo este ritual lo hago de una manera muy silenciosa, no me gustaría despertarla, se muy bien que últimamente trabaja mucho y siempre esta cansada. Y claro como no estarlo si pasa como 10 horas en la oficina y el resto del tiempo se lo divide entre la casa y los niños, que harto cometido dan. Sobretodo la Camila que esta en la edad del pavo, solo quiere andar vestida de negro y odiarte por alguna razón desconocida, menos mal que al nachito le faltan varios años para convertirse en animal nocturno como su hermana.

Vuelvo casi en puntillas a la cama y me siento un momento para contemplarla, tantos años juntos, y sigue manteniendo la misma belleza, tal parece que el tiempo tuviese un pacto con ella. Acaricio su pelo con mucha delicadeza y lentamente comienza a abrir los ojos, buenos días! Dice…..buenos días mi amor!…. respondo...es muy tarde? No mi vida tienes tiempo suficiente, solo descansa. Y los niños ya están levantados? Ya relájate, la Teresa se esta encargando de eso, disfrutemos estos pocos minutos antes que el transfer pase a buscarme, hemos hablado tan poco estas ultimas semana…. y que decir sobre nuestras labores como esposos_ me mira y sonríe_ extraño tanto tus besos…(se produce un silencio en la habitación)…luego lentamente comienza a incorporarse hasta llegar a mi, me acaricia suavemente el rostro y el cuello, sabe que eso me gusta, luego empieza a darme pequeños besos, hasta que nuestras bocas chocan con un loco desenfreno. No se cuantos minutos o segundos pasaron, pero pareció una eternidad.

De pronto golpean la puerta, son los niños que vienen a avisarme que ya llego el transporte, nos damos otros besos locos y convenimos que algo quedo pendiente.

Tomo la maleta, bajo las escaleras me despido de los chicos y aprovecho de pedirles que no le den tanto trabajo a su madre, la Teresa me dice que no me preocupe y de paso me entrega un rosario, es para que lo proteja en su viaje patrón. Gracias Tere, pero no era necesario.

Al fin subo al auto, y mientras este se pone en marcha, recuerdo ese beso que me dejo la boca impregnada de dulzor, los besos que cada vez me hacen regresar mas pronto a casa.

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